La zona vinícola más meridional de Catalunya está situada entre el río Ebro y las tierras del Matarraña (Aragón). Zona fronteriza y milenaria donde ya los Templarios cultivaban viñedos en el siglo XIII.
Vientos del Cierzo y Garbinada se pasean por las sierras calizas, los bosques de encina y de pino blanco mientras airean campos teñidos de almendro, vid y olivo, que hacen que la comarca de la Terra Alta sea considerada la Toscana catalana.
Reconocida provisionalmente como Denominación de Origen desde 1972, la Terra Alta es una de las siete denominaciones de origen históricas de Catalunya. Su situación geográfica tiene un alto valor paisajístico, no en vano las Tierras del Ebro han sido reconocidas por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Una zona privilegiada para conseguir una uva sana, madura y con carácter, con una viticultura respetuosa con el medio ambiente y con la producción de una uva con identidad propia.